El proceso de lectura y escritura tiene muchas maneras y metodologías de enseñarse, sin embargo y a pesar que estamos en un momento donde los avances y la evolución dan pasos gigantes, parece ser que el método tradicional es el más usando en muchas aulas de clase a la hora de enseñar a leer y a escribir a nuestros niños.
Escrito por: Ana María López
A pesar de que la expresión verbal y emocional de muchos niños nos indica que no se ven satisfechos, que no interiorizan bien lo que se les quiere decir al repetir diferentes sílabas y de manera mecánica, a pesar de que para los mismos maestros es un poco desgastante dicho método, se sigue usando año tras año y se sigue sacando del cajón las mismas estrategias anticuadas y cada día más descontextualizadas de la realidad de nuestros niños de hoy.
En mi opinión, creo que se siguen usando porque funciona de alguna manera, al final del ciclo escolar y de mucho esfuerzo los niños logran codificar y decodificar, y me atrevo a decir, que puede ser por esta razón que nos falta arriesgarnos a innovar en este campo tan importante en la infancia. Pero ¿en realidad aprenden a leer y escribir como lo esperamos?
En una investigación realizada en el 2008 por la Universidad de A Coruña, España y publicada por la revista Iberoamericana de educación, señalan que las investigaciones de corte constructivista han ido, afortunadamente, más allá de los planteamientos tradicionales y nos han permitido saber que la lectura ya no se identifica exclusivamente con el descifrado, que la escritura no representa la copia de un modelo, de manera que los progresos en la escritura y la lectura que van haciendo los niños en ningún caso se identifican con el correcto descifrado o la exactitud de la copia.
Además añaden que los métodos tradicionales parten de la memorización de cada una de las letras del alfabeto. Se comienza con la enseñanza a través de la repetición de las vocales y luego de las consonantes, se mezclan las consonantes con las vocales para formar silabas y, posteriormente, formar palabras. A través de este modelo, difícilmente los niños llegan a construir palabras con significado, ni a comprender las oraciones que pueden deletrear. Se observa más un reconocimiento de signos aislados que una verdadera lectura y escritura con sentido.
Es por lo anterior que hoy les quiero traer a colacion un método de enseñanza de lectura y escritura, que si bien tiene alrededor de 40 años, también ha tenido muchas actualizaciones a lo largo de este tiempo. Es un método que parte del contexto de los niños y que permite llevar sus pensamientos a la acción validando sus preferencias, su ritmo de aprendizaje e hipotesis.
En mi experiencia como maestra he tendio la oportunidad de llevar este proceso de lectura y escritura por 5 años, y les puedo decir que es una de las metodologias educativas que más recomiendo.
Se trata de la propuesta hecha por Emilia Ferreiro y Ana Teberosky, en la cuál la escritura no es copiar, sino dar sentido por medio de los signos gráficos y de los esquemas de pensamiento de quien escribe. Además la lectura, la considerán como una capacidad que tiene el individuo para interpretar signos y símbolos para contruir significado, buscando sentido de lo que se lee.
Ellas proponen una serie de etapas donde se evidencia el proceso de los niños desde sus primeros trazos y donde se valoran sus formas de expresión.
Grafismos primitivos: Es el primer trazo que hace un niño en hoja de papel. Este trazo significa el inicio de su expresión.
Garabateo: Después del primer intento de garabateo, pasan aproximadamente unos seis meses antes de que el niño descubra que hay una conexión entre sus movimientos y los trazos que se ven en el papel. Esto quiere decir que en esta etapa, el niño descubre lo que significa tener el control visual.
Pseudoletras: Son grafías estructuradas con rasgos semejantes a las letras convencionales, que se plasma desde laescritura del nombre.
Variabilidad y cantidad: Se da cuando el niño descubre que hay palabras largas y cortas.
Silábica: Utilizan el valor sonoro, descubren que las palabras se dividen en sílabas y a ellas les asignan una grafía.
Silábico alfabética: Existe correspondencia sonora, sin embargo se presentan algunas omisiones y sustituciones.
Alfabética: Existe correspondencia entre la escritura y la lectura a nivel convencional. Se da el inicio la escritura de oraciones.